miércoles, 20 de marzo de 2013

Los detectives salvajes desde la perspectiva postcolonial



El presente texto tiene la intención de mirar la novela Los detectives salvajes desde la óptica de la teoría postcolonial. Se trata de un fin académico un tanto experimental mediante el cual se busca conocer si dicha teoría podría ser aplicada a la novela y cuáles serían sus resultados y contribución al mar de luz que otros estudios han arrojado.
Primero, debemos tomar en cuenta que en la relación colonizador y colonizado, Bhabha considera que existe una huella o un excedente que revienta al sistema por dentro. Hagamos una pausa. Roberto Bolaño era un escritor que siempre se mantuvo lejos del canon literario, sobre todo en su primera etapa como escritor de poesía y fundador del movimiento infrarrealista. En este caso las figuras colonizadoras son representadas por el mismo canon y por el libro en sí, el cual sin duda ha sido un elemento canónico desde tiempos remotos, por no decir desde la antigua Grecia. En la segunda etapa de su vida, Roberto Bolaño parte a Barcelona en busca de otros y más enriquecedores horizontes literarios. Nunca deja de escribir, ni de leer y siempre opta por tener cualquier empleo que le permita sobrevivir a su oficio de escritor y de lector. Una vez asentado en Barcelona y de subsistir económicamente de vendedor de bisutería, logra publicar su primer libro de relatos Consejos de un discípulo de Morrison a un fanático de Joyce, pero la intención aquí no es hablar de todos los libros que escribió Bolaño, sino observar –de pasada- que poco a poco el libro lo va colonizando a través de las editoriales que desde 1983 deciden publicarlo en España hasta 1998, cuando publica Los detectives salvajes y es, quizás, esta “novela” en la que esa condensación de la que habla Bhabha que revienta al sistema por dentro. Se trata, pues, de una metáfora instalada en los detectives si tomamos en cuenta que el “sistema” pudiera ser el libro, el cual, por dentro, revienta con la fusión de varios elementos literarios que, incluso, han estado fuera del canon y son señalados como marginados.
Tal fusión de varios elementos o recursos literarios que existen dentro del formato libro-Los detectives salvajes es traducida a la teoría de Bhabha como la hibridez. Es decir, la novela no responde a un arquetipo específico ni a una forma literaria particular, sino todo lo contrario. Responde a una identidad plural, desafiando, así, el sentido de una identidad cultural homogénea que se ha instalado en el canon y que rechaza ciertas formas de escribir la literatura o rechaza ciertos actores literarios, como lo fue Roberto Bolaño durante varios años. Sin embargo, es atinada la propuesta de Bhabha al decir que lo hibrido no resuelve la tensión entre dos culturas, en este caso la tensión estaría centrada en la cultura literaria canónica y la cultura literaria marginada. Además de no resolver la tensión entre ambas formas culturales, lo hibrido perturba las barreras de acero del canon, puesto que desde dentro de éste campo cultural se hace una elección discriminada de quienes pueden ser los actores literarios con posibilidades de entrar en el canon, lo cual implica que puedan publicar exitosamente.
Es interesante observar que lo híbrido no sólo no resuelve la tensión, sino que plantea el punto de unión de dos conceptos, en este caso –dos formas-,  que parecen opuestas o que han sido legitimizadas a través de la carencia del otro. Ese punto de unión puede ser visto, también, como una deconstrucción, y en este sentido, Los detectives salvajes presenta también una deconstrucción de conceptos opuestos como canónico/marginado, y que reconstruidos se ven así: canónico-marginado. En el primero hay un abismo o una barrera, en el segundo un puente.
Ahora, ¿cuáles son esos elementos que hacen que el sistema reviente por dentro? Comenzando por la estructura de la novela, se encuentran dos formas literarias marginadas que quizá poco a poco marchan al círculo de la canónico, la primera: el diario, y la segunda: el testimonio adquirido a través de entrevistas. Los personajes principales de la primera y tercera parte de la novela, Arturo Belano, Ulises Lima y el resto de los poetas realvisceralistas son hombres marginados, ignorados y hechos menos por aquellos que se encuentran cerca y dentro del canon, sin embargo los realvisceralistas aunque marginados tienen suficiente intelecto y pasión por el conocimiento de la poesía. Una escena muy representativa de la relación colonizador-colonizado, del concepto de hibridez y no tanto de deconstrucción es la siguiente: Ulises Lima, Piel Divina y Moctezuma o Cuauhtemoc, poetas realvisceralistas, se llevan a Luis Sebastián Rosado, a Alberto Moore y su hermana al club nocturno Priapo’s. Cito el encuentro.
Y de repente, en menos tiempo del que uno se tarda en decir otredada, ya estábamos borrachos y Ulises Lima recitaba un poema en francés, a santo de qué, no sé, pero el caso es que lo recitaba, yo ignoraba que supiera francés, inglés, puede, me parece que había visto en alguna parte una traducción suya de Richard Brautigan, pésimo poeta, o de John Giorno, que vaya a saber uno quién es, tal vez un heterónimo del propio Lima; pero francés en fin, me sorprendió un poquito, buena dicción, pronunciación pasable, y el poema, cómo diré, me sonaba, me sonaba, pero tal vez debido a la borrachera en ciernes, a los boleros implacables, no lograba identificarlo. Pensé en Claudel, pero ni yo ni ustedes nos imaginábamos a Lima recitando a Claudel, ¿verdad? Pensé en Baudelaire, pensé en Catulle Mendés (algunos de cuyos textos yo traduje para una revista universitaria), pensé en Nerval. Me avergüenza un poco reconocerlo, pero eso fueron los nombres en los que pensé (…) Alberto, que al parecer jugaba lo mismo que yo dijo Baudelaire. Por supuesto, no era Baudelaire. (…) El poema es de Rimbaud. Una sorpresa. Quiero decir, una sorpresa relativa. La sorpresa era que lo recitara en francés (Bolaño; 2010:154-155)
Esto podría interpretarse como lo marginado no es igual a ignorancia y que cuando lo marginado llega a entrar en contacto con lo canónico hay una explosión de diferencias que pueden cambiar las cosas de lugar o, incluso, en el mejor de los casos, deconstruir esa realidad opuesta.

Bibliografía:
Bhabha, Homi K. (1994) El lugar de la cultura. Buenos Aires: Manantial.
Bolaño, Roberto (1998). Los detectives salvajes. Barcelona: Anagrama.

1 comentario:

  1. Periferia: otredad colonizado. Esta adaptación es interesante.

    El desarrollo es confuso, ¿el libro como objeto colonizado que coloniza a Bolaño? Entiendo que, en la juventud, desde la perifieria, Bolaño se haya sentido víctima. No entiendo cómo revierte este fenómeno, cómo adquiere su voz, y si esta voz es híbrida.

    La segunda parte aclara, en gran manera, esta hibridez: el estudio del diario y de las entrevistas. Estos modelos narrativos "periféricos" deconstruyen desde la obra misma lo canónico.

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