La mayor y más general aportación de Edward Said en Orientalismo (1978) es quizás el
profundo estudio que hizo sobre la forma en que la fuerza, la erudición y la
imaginación del continente Europeo y Estados Unidos de Norteamérica veían a
Oriente Próximo, a los árabes y al islam. Encasillar a las culturas o pueblos
en castas o en esencias separadas y diferentes puede ser una gran equivocación
que mantiene una consecuencia que está en relación con el poder, se trata de afianzar
nuestro pensar divisorio como oriente y occidente. Es interesante ver cómo en Cultura e imperialismo (1993) Edward Said retoma el anterior
planteamiento para llegar a la comprensión sobre la hibridez y heterogeneidad
de las culturas, las cuales se encuentran tan interrelacionadas y tan
interdependientes que no se puede realizar una descripción unitaria de su
individualidad.
martes, 26 de febrero de 2013
domingo, 17 de febrero de 2013
R. Williams: el inicio de una revolución teórica-cultural
Los inicios de los Estudios culturales
plantearon la necesidad de analizar la cultura dentro de un sistema social, por
lo tanto las condiciones sociales e históricas incluirían al arte y a la literatura
dentro de un sistema más complejo que establece relaciones entre arte y
estructura económica, histórica y social. El primero en establecer las bases de
dicho análisis fue Raymond Williams (Reino Unido 1921 – 1988), este ensayo
establecerá la relación entre la obra de Williams titulada Cultura y sociedad. 1780 -1950. De Coleridge a Orwell y su
productor, consumidor y contexto.
1.
Productor
Raymond Williams es una figura
legendaria de lo ahora conocido como “Estudios culturales”. En su juventud
colaboró en campañas de solidaridad con España y China, su internacionalismo lo
llevó a adjuntarse en una experiencia personal en La Segunda Guerra Mundial, fue
activo en la campaña de solidaridad con Vietnam y en varias coaliciones en
contra del Poder Militar Británico. El activismo político que Raymond Williams
llevó a cabo durante su vida fue un eje crucial en sus reflexiones para una
teoría cultural.
Williams dedicó
su vida y obra a establecer las bases para una teoría cultural. Williams
subraya la necesidad de explorar las relaciones entre diversas y específicas
actividades humanas dentro de las situaciones históricas. El acercamiento al
elemento de la producción en la obra de Raymond Williams se centrará en el
Prólogo de la primera edición, el Prólogo a la edición de 1987 y las
Conclusiones de su libro Cultura y
sociedad. 1780 -1950. De Coleridge a Orwell. El título del original en
inglés es Culture and society. Coleridge
to Orwell, este libro prosiguió a
la investigación iniciada con la fundación de la revista Politics and Letters de la que fue editor Raymond Williams entre
1946 y 1948, el objetivo de la revista se fundamentó en explorar y
reinterpretar la tradición que describe la palabra “cultura” en términos de la
experiencia de su generación. También partes del libro fueron publicadas en Universities and Left Review[1], esta revista se distinguió por su rechazo a la ortodoxia del partido
laborista británico y al legado del Partido Comunista en Gran Bretaña. En 1950 comenzó a escribir el libro que
estuvo en prensa mientras que Williams meditó sobre las direcciones en que
podían avanzar con provecho a los trabajos realizados en la edición de su
revista:
Me
parece, en primer lugar, que estamos llegando, desde distintos caminos, a un
punto en que podría elaborarse efectivamente una nueva teoría general de la
cultura. En este libro procuré aclarar la tradición, pero puede ser posible
avanzar desde aquí hacia una plena reformulación de los principios que tome la
teoría de la cultura como una teoría de las relaciones entre los elementos
pertenecientes a todo un modo de vida (Raymond Williams, 2001: 8).
Tal como afirman
sus palabras anteriores, en el Prólogo de la primera edición de su libro Cultura y sociedad. 1780 – 1950. De
Coleridge a Orwell, considera imperante examinar los procesos detallados de
la cultura, asimismo una revisión de la historia cultural recibida en relación
con los temas del alfabetismo, los niveles educativos y la prensa, es necesario
realizar estudios pormenorizados de los problemas sociales y económicos de la
expansión cultural como herramientas para formular una política común adecuada.
Sin embargo es interesante resaltar que en el Prólogo a la edición de 1987,
Williams ve su estudio de una forma diferente:
Ya
han pasado más de 25 años desde que escribí Cultura
y Sociedad. A veces, cuando lo releo todo o en parte, me parece que es como
leer un libro escrito por otro. No obstante, fue en él donde encontré por
primera vez una posición que expresaba mi idea de lo que había pasado y aún
estaba pasando en la civilización industrial y en su arte y su pensamiento.
Desde entonces desarrollé y en ocasiones modifiqué determinados aspectos y
juicios, pero no renuncié a mi opinión de que una de las formas fundamentales
de entender los dos extraordinarios siglos que cambian tan enormemente el mundo
y que subyacen a su gran crisis actual consiste en valerse de la reflexión
detallada y compleja sobre la cultura que ha sido tan activa y vibrante en
todas sus etapas (Raymond Williams, 2001: 9).
Cultura y sociedad. 1780 -1950. De Coleridge
a Orwell se publicó en 1958, fue considerado como un texto fundador de la
nueva izquierda británica, el mismo Williams en este Prólogo menciona que este
libro junto con su libro The Long
Revolution, The Uses of Literacy de Richard Hoggart y William Morris y La formación de la clase obrera en
Inglaterra de E. P. Thompson para poner en marcha una nueva tradición
intelectual y política, su respuesta en el Prólogo a la edición de 1987 es
interesante:
Toca
a otros decirlo. La historia, en realidad, es muy compleja. Pero recuerdo que
en 1968 se decía algo diferente. Estos libros, o algunos de ellos, todavía eran
respetados, pero a menudo se les atribuía una especie de radicalismo cultural
que desde entonces quedó a la zaga de un tipo de socialismo más claro, más duro
y, en rigor, más tradicional. Sea como fuere, sé que elaboré algunos de los
argumentos en ese sentido, por razones a las que todavía adhiero (Raymond
Williams, 2001: 10 – 11).
Estos prólogos
son interesantes al relacionarlos con las Conclusiones de este mismo libro por
los planteamientos que expone sobre la idea de cultura, la democracia de masas
y los puntos de una cultura incluyente. En las conclusiones se define la idea
de cultura como la reacción general a un cambio general y fundamental en las
condiciones de nuestra vida común, en las cuales el hombre tiene una
intervención directa, también la idea de cultura es un proceso, tres fases
principales contribuyen a entender las fases de la idea de cultura, la de la
industria, la cuestión de la democracia y la cuestión del arte. Las bases de la
teoría cultural que desarrolló Williams se plantearon el problema de la
emancipación y de la cultura como ejercicio de la democracia.
La crítica que desarrolla Raymond
Williams en sus conclusiones es precisamente a la democracia caracterizada
simplemente como el proceso mediante el cual una clase dominante encauza su
tarea de gobernar, para la cual las masas constituyen una amenaza a la cultura,
estos conceptos de masa y democracia de la clase en el poder son productos de
la revolución industrial; así el desarrollo de la idea de cultura ha sido una
crítica de lo que se denominó la idea burguesa de sociedad, esta crítica se
debe fundamentar en el desarrollo de una cultura común, cuyo principal objetivo
es “Liberarse de la ilusión de la existencia objetiva de “las masas” e
inclinarse a la adopción de una concepción más real y activa de los seres
humanos y sus relaciones es, de hecho, realizar una nueva libertad (Raymond
Williams, 2001: 273)”.
2.
Consumidor
El presente apartado
se abocará a la relación entre consumidor y obra en Cultura y sociedad. 1780-1950 De Coleridge a Orwell, en dicho
texto, el autor aborda las relaciones que entablan la cultura, la política y la
industria dentro de la sociedad y los grupos que la integran; de igual modo,
reconstruye la evolución y los cambios que han enfrentado cada uno de estos
espacios sociales.
En los modos en que se relacionan
cultura, política e industria, para Williams, sobresale uno y es el de los mass
media. En este confluyen tanto los intereses ideológicos, económicos y
culturales. En lo ideológico está la reproducción de un cierto modo de pensar
que las clases dominantes buscan propiciar en las clases subalternas, o como
diría el autor, las masas.
Esto último asociado al rubro de
obra y consumidor nos permite comentar lo siguiente: Raymond Williams no mira
con malos ojos a los mass media sino al contenido que éstos difunden pues en su
mayoría los contenidos son de ínfima calidad aunque el alcance que poseen es
muy importante. Para Williams, la comunicación masiva empieza desde la
aparición de la imprenta y del libro y va desarrollándose tecnológicamente con
la aparición del telégrafo, la radio, la fotografía hasta la aparición de la
televisión. Lo anterior puede ser aplicado al caso propio del autor, pues su
obra ha tenido como su principal medio de difusión al libro, impreso (formato
que asumió en sus primeras ediciones) y digital (actualmente). Lo digital ha
agilizado la difusión y abaratado los costos. Sin embargo, no se ha hecho más
asequible a las clases populares desde el momento en que su medio de
comunicación es la palabra escrita, restringida no sólo para quienes pueden
leer sino para aquellos que han tenido una educación superior al común de la
gente. Lo cual limita su consumo a los individuos que conforman la élite
cultural. Lo anterior se respalda considerando el hecho de que un porcentaje
importante de las publicaciones de Raymond Williams ha salido de universidades
que poseen prestigio mundial como Columbia University, Stanford University y
Oxford. La interpretación que puede hacerse es el dominio ideológico y
económico de dichas instituciones así como la legitimación de la obra de
Williams.
Por otro lado, cabe resaltar que el
lenguaje del que se sirve el autor es claro, de fácil comprensión para
cualquier universitario, es decir, su lenguaje no es un metalenguaje que
implique el dominio de ciertos conceptos y que se aboque a determinados campos
de estudio. En ese sentido, se puede concluir que Williams buscó el apoyo de
universidades de prestigio por el alcance mediático que estas permiten.
3.
Contexto
En el inicio de este ensayo al plantear
la relación e productor y obra resaltamos la figura de Raymond Williams en
tanto activa en las cuestiones políticas y sociales de su tiempo, asimismo es
importante para plantear el análisis del contexto resaltar aspectos de su
biografía que se relacionan con un contexto histórico particular.
Raymond
Williams nace tres años después de la Gran Guerra o Primera Guerra Mundial
(1914-1918), de la cual Reino Unido había sido parte de la Triple Entente
(Francia, Rusia y R. Unido), ejércitos que combatirían a la Triple Alianza
(Alemania, Austria-Hungría e Italia). Desde este periodo de guerra, la
revolución bolchevique (y el comunismo, por supuesto), significó para algunos
el acontecimiento que podía poner fin a la Guerra. Durante la Primera y Segunda
Guerra las ideas de los diferentes sistemas políticos eran adoptadas en todos
los países de Europa y de América por grupos minoritarios que se mostraban en
contra del sistema imperante. Gran Bretaña era un reino que practicaba la
tradición democrática desde el siglo XIX, sin embargo, eso no impidió que el
carisma del Comunismo albergara en el centro del movimiento a intelectuales que
llevarían sus análisis sociológicos, más allá de la mera política y economía.
En este periodo destaca el Círculo de Birmingham que estuvo constituido por
Marxistas británicos que habían sido miembros del Partido Comunistas, del cual
se alejan a causa de diferencias con el sector ortodoxo del partido, y se
abocan al estudio de la historia cultural.
Así, en el análisis
que planteamos, el texto es
un reflejo del contexto. La escritura de Cultura
y Sociedad es realizada durante el
periodo posterior a la Segunda Guerra Mundial
(1939-1945), una guerra en la que convergieron nuevos sistemas
políticos: el sistema democrático, el nazista-fascista y el comunista.
El contexto se
refleja en la obra ya que en ésta la historia de la cultura, en relación a la
sociedad, se realiza a través de la lupa de la teoría marxista o la lucha de
clases que, a su vez, es uno de los fundamentos del comunismo.
Sin embargo, la
obra también refleja al contexto en la medida en la que analiza y reflexiona
sobre los prejuicios de la burguesía que, lejos de democratizar, acentúan la
franja elitista entre la alta y baja cultura (lo cual no debería existir en una
verdadera sociedad democrática).
Masa es todo y
nada. Es todo cuando utilizamos el término para señalar al otro, al populacho.
Y es nada cuando otro, nos señala a nosotros como parte de ese conglomerado
despectivamente llamado populacho. Es un imaginario que no tendrá cabida en la
medida en la que la sociedad genere su propia igualdad cultural (sociedad,
economía y política), con la aceptación y eliminación de miedos y prejuicios de
la burguesía y el aporte solidario de la clase obrera.
La comunicación
entre la obra y el contexto se da en dos niveles:
I.
En
la influencia del contexto político comunista que aporta los fundamentos para
el análisis de la lucha de clases.
II.
En
la sociedad que merecemos dentro de ese entramado complejo cultura-economía y
política: una sociedad comunitaria, igualitaria, democráticamente auténtica,
con pleno acceso a la cultura, con igualdad de posibilidades y de juicios
estéticos.
Anahí Calderón
Diana Elena García
Linén Rojas Romero
Bibliografía
SAN JUAN, E. Jr., “Raymond Williams and The Idea of
Cultural Revolution”, College Literature,Vol.
26, No. 2, Spring, 1999, pp. 118 – 136, http://www.jstor.org/stable/25112456
WILLIAMS,
Raymond, Cultura y sociedad. 1780 – 1950.
De Coleridge a Orwell, Buenos Aires, Nueva Visión, 2001.
lunes, 11 de febrero de 2013
Conclusiones de Raymond Williams en Cultura y Sociedad
Conclusiones de
Raymond Williams en Cultura y Sociedad
(se incluyen algunos
comentarios)
“Historia de la idea de cultura:
registro de nuestras reacciones mentales y sentimentales al cambio de
condiciones de nuestra vida en común”. Un ejemplo de dicha afirmación de
Raymond Williams es el caso del artista plástico Jackson Pollock (-1956), quien realizó la parte más
importante de su obra durante los años de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945).
Se trata de dos acontecimientos opuestos, por un lado tenemos el
abstraccionismo individual y por el otro manifestaciones políticas colectivas.
Actualmente, la lectura que se la da a la expresión pictórica de Pollock es la
de “una expresión simbólica de un espíritu individualista y libre tras la
muerte anónima de millones d personas en la guerra” (Elger; s/a: 19). Pero no
sólo eso, el arte que remite a un mundo interior subjetivo es también la
contraposición al mundo exterior que busca un objetivo en común, como lo fue en
los años de la Segunda Guerra Mundial y el nazismo como expresión más basta de
la colectividad apoyando las nacionalistas del Fürher. Es así como podemos
apreciar al arte, como una manifestación cultural, como un registro de
reacciones mentales y sentimentales al cambio de condiciones de la vida en
común.
Sin embargo, para R. Williams, la
observación de estos fenómenos y, por consiguiente, “La elaboración de la idea
de cultura es un lento esfuerzo por recuperar el control” (2001:245), mismo que
podría llevar a la sociedad a realizar la emancipación. Una pregunta. ¿A caso,
ese lento esfuerzo por recuperar el control no podría representar un revés en
la institución donde se concentra la hegemonía cultural?
En cuanto a la relación entre Cultura y Sociedad, R. Williams propone
un par de conclusiones que apuntan a los conceptos de masa y masas; a la
comunicación masiva; a la idea de comunidad; y al desarrollo de una cultura en
común. Vemos como pasa de debatir esos conceptos que expresan cierta vulgaridad
a la idea de una sociedad en común que se fundamente en la solidaridad.
a)
Masa
y masas. Los conceptos de masa y masas tienen su raíz en la primera
revolución industrial, cuando en los centros industriales, como ciudades y
fabricas se aglomeraron ciertos de personas en pos del progreso; de ahí que
masa fuera una nueva palabra para señalar al populacho de la sociedad (que se
distinguía por su bajeza en sus gustos y costumbres). El afectado más directo
de esto sería la democracia, que hasta entonces tenía una reputación clásica,
se convertiría en una democracia de masas, porque la democracia es el gobierno
de la mayoría, en otras palabras, el gobierno de la bajeza o la mediocridad,
señala Raymond Williams que aquello representa un problema, porque entonces o
se niega la democracia o se busca otro término adecuado, ya que masas no puede
ser igual a populacho, en su acepción destructiva
b)
Comunicación
masiva. Señalar a la comunicación como una cuestión masiva depende de un
criterio que esté cimentado más en la intención del orador o escritor que de la
técnica empleada, ya que buscar la masificación de aquello que se quiere
comunicar tiene que ver directamente con el para
qué y el cómo interprete el escritor u orador a la sociedad.
c)
La idea
de comunidad. La idea de comunidad se definió de diferentes maneras:
1. Idea
de servicio
2. Idea
de solidaridad.
Ambas opuestas al liberalismo burgués, y opuestas entre sí.
Fueron desarrolladas por la clase media y la clase obrera.
La
idea de servicio es parte del paradigma de función que recae en la educación
funcionaria que,
a su vez, conocemos como funcionarios. Según Raymond Williams, una parte
considerable de la educación de la clase media inglesa se consagra a la
formación de funcionarios, el cual no es un líder y tiene el principio del
respeto a la autoridad. Pero más allá de lo anterior, este sistema de
funcionarios sólo sirve para mantener y confirmar el statu quo, el cual es un proveedor de inequidad entre los hombres y
mujeres del resto de la sociedad. Es por ello que al ser propuesta a los
obreros, como una interpretación de solidaridad, no fue aceptada en su
totalidad (2001:268, 269).
d) El desarrollo de una cultura común. En el primer párrafo de este apartado, Raymond
Williams continúa la idea de solidaridad apenas mencionada en La idea de comunidad (en donde explica por
qué la comunidad o la cultura común no puede edificarse en la idea de servicio,
aunque ésta también se oponga al liberalismo burgués). Sin embargo, una frase
basta para entender por qué la solidaridad sí hace posible el desarrollo de una
cultura común y esto se debe a que para R. Williams “la idea de solidaridad es
potencialmente el fundamento real de una sociedad” (2001:271), en el fondo de
este planteamiento se asoma una idea mucho más plena: La solidaridad se debe
dar entre iguales y de manera habitual,
porque cuando el fundamento de la solidaridad se lleva a la práctica de manera
habitual, se torna en una virtud y en un pilar irrenunciable.
martes, 5 de febrero de 2013
En Raymond Williams y
la idea de la Revolución Cultural (1999), el Doctor Epifanio San Juan, Jr. Explora
y concentra las cinco contribuciones que Raymond Williams hace a la teoría
literaria desde el campo de investigación de los Estudios Culturales.
I.
Establece que el objeto de la multi-disciplina
(Estudios Culturales) es el estudio de la cultura como el fruto de una serie de
procesos y prácticas sociales que están intrínsecas a una red más amplia y
compleja, en la que desempeñan un papel central la economía, la política, la
cultura y el dominio de la reproducción social. Así mismo, el estudio de los
mencionados elementos centrales de la red de las prácticas sociales son el
principio, no sólo del enfoque de los Estudios Culturales, sino de cualquier
disciplina que busque el progreso y la emancipación.
II.
Propone la historización de las prácticas y los
procesos culturales con el fin o la necesidad de comprender la ideología y política
de la sociedad dividida en clases en el capitalismo tardío. Para Raymond Williams, la ideología y la política
son los ejes mediante los cuales se pueden comprender los problemas raciales o
las desigualdades sociales. En el caso
de las trágicas diferencias sociales, éstas se han visto reflejadas en un
proceso de polarización en el que, generalmente, los países desarrollados
ocupan el territorio norte del mundo y los países en vías de desarrollo se encuentran
en la zona sur de éste; se trata de un fenómeno de polarización Norte-Sur que,
evidentemente, tiene repercusiones en el medio ambiente, provocando, así,
desequilibrios ecológicos que derivan tanto en enfermedades médicas que causen gran
impacto en la economía de un Estado.
Recuérdese que uno de los antecedentes
contextuales de los Estudios Culturales es la Segunda Guerra Mundial y que ésta
fue impulsada por el führer Adolf
Hitler, la ideología nazi y el principio de la superioridad de la raza aria. En
este sentido, la Segunda Guerra Mundial es el ejemplo inmediato a la escuela
británica de Estudios Culturales de cómo un problema étnico racial puede
contribuir a detonar una guerra.
Observar y analizar las prácticas y los
procesos sociales a través de la ideología y política de un Estado es necesario
para la comprensión de la cultura de las
sociedades del capitalismo tardío.
III.
Los Estudios Culturales contraponen y evalúan las
relaciones de propiedad y de producción con actividades de descripción, de aprendizaje,
y de intercambio y preservación de experiencias que surgen en el contexto del
consumismo, las diversas desigualdades y el languidecimiento causados por el
capitalismo.
Todas las prácticas culturales de una
sociedad que se desarrollan en el sistema político y económico liberal, deben
ser estudiadas y entendidas como un resultado del mismo Liberalismo, no como
una representación alterna.
IV.
La larga revolución cultura a través de los Estudios
Culturales. Se trata de una transformación radical de la sociedad en la que se
generen valores específicos, como que el ser humano desarrolle la capacidad y
poder de dirigir su propia vida, la creación de instituciones democráticas,
crear o aportar nuevas fuentes de energía para el trabajo humano, mediante el
intercambio de experiencias. Con estos valores se promueve la interacción
participativa de la sociedad en el proceso de emancipación.
V.
La importancia de la participación sumamente
activa de la sociedad en el proceso de emancipación se debe a que sólo se puede
lograr mediante la revolución cultural, haciendo uso serio y consciente de las
cuestiones vitales de los seres humanos que limitan su realización para llevarla
a la categoría de happening
permanente.
viernes, 1 de febrero de 2013
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