martes, 23 de abril de 2013

El campo literario de Roberto Bolaño. El periodo infrarrealista



Explica Pierre Bordieu que existe una relación muy cercana entre el campo literario y el campo de poder. Entiéndase por campo literario como el lugar de las prácticas y de las representaciones artísticas y por campo de poder “el espacio de las relaciones de fuerza entre agentes o instituciones que tienen en común el poseer el capital necesario para ocupar posiciones dominantes en los diferentes campos (económico y cultural en especial)” (1995:320). Durante la década de los setenta, el campo literario estuvo regido por la figura de Octavio Paz, quien era una suerte de pieza movible libremente entre el campo literario y el campo de poder. En el año de 1968, tras los lamentables acontecimientos del 2 de octubre, Octavio Paz había renunciado a su puesto de embajador de México en la India, para volver al país de la recién turbulencia. Su trayectoria política y cultural le permitiría instalarse con o sin intenciones en el campo literario y en el campo de poder, simultáneamente.


Mientras que Octavio Paz había sido educado con la lectura de los poetas del siglo de oro, con la asistencia personal en casa de José Gorostiza y desde muy pequeño había demostrado su capacidad de memoria, su refinado gusto por la poesía y su participación política en pro de la causa revolucionaria, Roberto Bolaño había dejado la preparatoria a medias, aunque también tenía gusto por la poesía, un gusto cosechado por la madre, pero no desarrollado con la elegancia ni disciplina que O. Paz. Octavio Paz venía de una preparación poética casi de la mano de los contemporáneos, quienes, a su vez, habían leído a los clásicos; su educación había sido en la tradición y desde la tradición, leyó  a la vanguardia como los contemporáneos, subrayando nada más el quiebre con la tradición, destacando la nueva creación. Roberto Bolaño venía de una preparación poética casi autónoma y dispersa, quizás, de una formación política de izquierda, casi anarquista, venía del país de Vicente Huidobro, de Alejandro Jodorowsky y Nicanor Parra y leyó a la vanguardia como aquello que hace del arte un simple objeto irreverente, subarayando la discidencia política y cultural con la tradición repleta de valores vacíos que volvían a trastocar las conciencias durante el periodo de la guerra fría entre Estados Unidos y la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas.

Una de las etapas más polémicas del escritor Roberto Bolaño es la del infrarrealismo. El movimiento infrarrealista tiene una historia interesante y peculiar, porque desde un “inicio” manifiesta una posición aguerrida dentro del campo literario. Varios de los infrarrealistas, por ejemplo, Mario Santiago, Cuauhtémoc y Ramón Méndez y Héctor Apolinar se conocieron en el taller de poesía de Difusión Cultural de la Universidad Nacional Autónoma de México, que era impartido por Juan Bañuelos. Pero ¿Quién es Juan Bañuelos? Un poeta, un poeta chiapaneco “que recorre la realidad con ojos antiguos muy presentes y provoca el encuentro de misterios”, escribió Juan Gelman en un artículo del diario La Jornada[1]. Merodear por la red y encontrar una foto de J. Bañuelos junto a Octavio Paz dice mucho de la posición del tallerista dentro del campo literario y es que estar cerca de Octavio Paz era estar cerca de la hegemonía cultural y beneficiarse de ella.
El infrarrealismo nació gracias a que Juan Bañuelos la hacía de un muy mal tallerista de poesía, según el testimonio de varios de los que estuvieron presentes. La situación era insostenible, uno leía su poema y los demás lo criticaban y esa era, supuestamente, la dinámica del taller. Esto duró hasta que Mario Santiago llegó con la carta de renuncia de Juan Bañuelos, la cual le dio a firmar a todos sus compañeros y al mismo Bañuelos. Dos meses más tarde el taller había “desaparecido”, cuenta Ramón Méndez. Los insurrectos que habían apoyado la renuncia de J. Bañuelos se frecuentaron, solidificaron su amistad en torno a la poesía y crearon el movimiento infrarrealista, un grupo que tendría como hilo conductor la subversión vital contra el oficialismo de la cultura.
De este periodo  infrarrealista son los más famosos episodios de la vida de Roberto Bolaño, los episodios que comenzarían a definir públicamente su posición dentro del campo literario: subversión vital contra el oficialismo de la cultura. Pero de qué trataba ese oficialismo de la cultura? La pregunta nos remite a algo que Pierre Bordieu explicó muy bien en Las reglas del arte: el campo literario está dominado por un campo de poder en manos de alguna autoridad cultural que, generalmente, impone su punto de vista marcando los límites del campo y señalando así quiénes sí se encuentran dentro de la categoría escritor y quiénes no, ya que esto último va a depender de si aquel que pretende estar dentro de… comparte el punto de vista de quien domina o ha fundado el campo (1997:323). Así, el campo literario dominado por la autoridad cultural de Octavio Paz & company, quienes imponían sus puntos de vista que apuntaban hacía la tradición poética más tradicional del mundo y a la parte creativa y snob de la vanguardia de los veinte, era visto por los infrarrealistas como el oficialismo de la cultura que no permitía que se filtraran propuestas estéticas alejadas de lo clásico o, mejor dicho, de lo tradicional, así, pues, ellos mismos se sentirían excluidos del campo literario. Pero el sentimiento de rechazo no bastaría para que el infrarrealismo continuara su camino literario explorando el estilo marginal. El sentimiento de rechazo fue externado públicamente en los recitales de poesía que eran organizados por las instituciones que replicaban y daban vida a la propuesta y dominio literario del canon. Frases como “Octavio Paz es un idiota” son parte ya de la memoria colectiva de la cultura en México, entonces el rechazo comenzó  a ser mutuo. Hasta aquí, se puede señalar que Octavio Paz se encontraba en el centro del canon, desde donde dominaba el resto del campo y Roberto Bolaño se encontraba en la periferia, desde donde luchaba por no ser dominado.


Bibliografía
Bordieu, Pierre (1997), Las reglas del arte, Génesis y estructura del campo literario, Barcelona, Anagrama.





[1] http://www.jornada.unam.mx/2001/02/10/banuelos.html recuperado el domingo 21 de abril del 2013.

2 comentarios:

  1. Personalmente me ha resultado muy interesante esta perspectiva que nos platea Bourdieu, y sobre todo en un autor como el que trabajas, donde el cuestionamiento a esas "redes de poder" resultan bastante evidentes.

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  2. Sería muy provechoso ver todo el recorrido de Bolaño en los diferentes campos literarios nacionales en los que su firma se ubica. Por ejemplo cómo fue que la obra de Bolaño se posiciona antes y después de Los detectivas salvajes; a mí en lo particular me parece relevante lo que dice Dominguez-Michaell sobre esa obra.

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