Los inicios de los Estudios culturales
plantearon la necesidad de analizar la cultura dentro de un sistema social, por
lo tanto las condiciones sociales e históricas incluirían al arte y a la literatura
dentro de un sistema más complejo que establece relaciones entre arte y
estructura económica, histórica y social. El primero en establecer las bases de
dicho análisis fue Raymond Williams (Reino Unido 1921 – 1988), este ensayo
establecerá la relación entre la obra de Williams titulada Cultura y sociedad. 1780 -1950. De Coleridge a Orwell y su
productor, consumidor y contexto.
1.
Productor
Raymond Williams es una figura
legendaria de lo ahora conocido como “Estudios culturales”. En su juventud
colaboró en campañas de solidaridad con España y China, su internacionalismo lo
llevó a adjuntarse en una experiencia personal en La Segunda Guerra Mundial, fue
activo en la campaña de solidaridad con Vietnam y en varias coaliciones en
contra del Poder Militar Británico. El activismo político que Raymond Williams
llevó a cabo durante su vida fue un eje crucial en sus reflexiones para una
teoría cultural.
Williams dedicó
su vida y obra a establecer las bases para una teoría cultural. Williams
subraya la necesidad de explorar las relaciones entre diversas y específicas
actividades humanas dentro de las situaciones históricas. El acercamiento al
elemento de la producción en la obra de Raymond Williams se centrará en el
Prólogo de la primera edición, el Prólogo a la edición de 1987 y las
Conclusiones de su libro Cultura y
sociedad. 1780 -1950. De Coleridge a Orwell. El título del original en
inglés es Culture and society. Coleridge
to Orwell, este libro prosiguió a
la investigación iniciada con la fundación de la revista Politics and Letters de la que fue editor Raymond Williams entre
1946 y 1948, el objetivo de la revista se fundamentó en explorar y
reinterpretar la tradición que describe la palabra “cultura” en términos de la
experiencia de su generación. También partes del libro fueron publicadas en Universities and Left Review, esta revista se distinguió por su rechazo a la ortodoxia del partido
laborista británico y al legado del Partido Comunista en Gran Bretaña. En 1950 comenzó a escribir el libro que
estuvo en prensa mientras que Williams meditó sobre las direcciones en que
podían avanzar con provecho a los trabajos realizados en la edición de su
revista:
Me
parece, en primer lugar, que estamos llegando, desde distintos caminos, a un
punto en que podría elaborarse efectivamente una nueva teoría general de la
cultura. En este libro procuré aclarar la tradición, pero puede ser posible
avanzar desde aquí hacia una plena reformulación de los principios que tome la
teoría de la cultura como una teoría de las relaciones entre los elementos
pertenecientes a todo un modo de vida (Raymond Williams, 2001: 8).
Tal como afirman
sus palabras anteriores, en el Prólogo de la primera edición de su libro Cultura y sociedad. 1780 – 1950. De
Coleridge a Orwell, considera imperante examinar los procesos detallados de
la cultura, asimismo una revisión de la historia cultural recibida en relación
con los temas del alfabetismo, los niveles educativos y la prensa, es necesario
realizar estudios pormenorizados de los problemas sociales y económicos de la
expansión cultural como herramientas para formular una política común adecuada.
Sin embargo es interesante resaltar que en el Prólogo a la edición de 1987,
Williams ve su estudio de una forma diferente:
Ya
han pasado más de 25 años desde que escribí Cultura
y Sociedad. A veces, cuando lo releo todo o en parte, me parece que es como
leer un libro escrito por otro. No obstante, fue en él donde encontré por
primera vez una posición que expresaba mi idea de lo que había pasado y aún
estaba pasando en la civilización industrial y en su arte y su pensamiento.
Desde entonces desarrollé y en ocasiones modifiqué determinados aspectos y
juicios, pero no renuncié a mi opinión de que una de las formas fundamentales
de entender los dos extraordinarios siglos que cambian tan enormemente el mundo
y que subyacen a su gran crisis actual consiste en valerse de la reflexión
detallada y compleja sobre la cultura que ha sido tan activa y vibrante en
todas sus etapas (Raymond Williams, 2001: 9).
Cultura y sociedad. 1780 -1950. De Coleridge
a Orwell se publicó en 1958, fue considerado como un texto fundador de la
nueva izquierda británica, el mismo Williams en este Prólogo menciona que este
libro junto con su libro The Long
Revolution, The Uses of Literacy de Richard Hoggart y William Morris y La formación de la clase obrera en
Inglaterra de E. P. Thompson para poner en marcha una nueva tradición
intelectual y política, su respuesta en el Prólogo a la edición de 1987 es
interesante:
Toca
a otros decirlo. La historia, en realidad, es muy compleja. Pero recuerdo que
en 1968 se decía algo diferente. Estos libros, o algunos de ellos, todavía eran
respetados, pero a menudo se les atribuía una especie de radicalismo cultural
que desde entonces quedó a la zaga de un tipo de socialismo más claro, más duro
y, en rigor, más tradicional. Sea como fuere, sé que elaboré algunos de los
argumentos en ese sentido, por razones a las que todavía adhiero (Raymond
Williams, 2001: 10 – 11).
Estos prólogos
son interesantes al relacionarlos con las Conclusiones de este mismo libro por
los planteamientos que expone sobre la idea de cultura, la democracia de masas
y los puntos de una cultura incluyente. En las conclusiones se define la idea
de cultura como la reacción general a un cambio general y fundamental en las
condiciones de nuestra vida común, en las cuales el hombre tiene una
intervención directa, también la idea de cultura es un proceso, tres fases
principales contribuyen a entender las fases de la idea de cultura, la de la
industria, la cuestión de la democracia y la cuestión del arte. Las bases de la
teoría cultural que desarrolló Williams se plantearon el problema de la
emancipación y de la cultura como ejercicio de la democracia.
La crítica que desarrolla Raymond
Williams en sus conclusiones es precisamente a la democracia caracterizada
simplemente como el proceso mediante el cual una clase dominante encauza su
tarea de gobernar, para la cual las masas constituyen una amenaza a la cultura,
estos conceptos de masa y democracia de la clase en el poder son productos de
la revolución industrial; así el desarrollo de la idea de cultura ha sido una
crítica de lo que se denominó la idea burguesa de sociedad, esta crítica se
debe fundamentar en el desarrollo de una cultura común, cuyo principal objetivo
es “Liberarse de la ilusión de la existencia objetiva de “las masas” e
inclinarse a la adopción de una concepción más real y activa de los seres
humanos y sus relaciones es, de hecho, realizar una nueva libertad (Raymond
Williams, 2001: 273)”.
2.
Consumidor
El presente apartado
se abocará a la relación entre consumidor y obra en Cultura y sociedad. 1780-1950 De Coleridge a Orwell, en dicho
texto, el autor aborda las relaciones que entablan la cultura, la política y la
industria dentro de la sociedad y los grupos que la integran; de igual modo,
reconstruye la evolución y los cambios que han enfrentado cada uno de estos
espacios sociales.
En los modos en que se relacionan
cultura, política e industria, para Williams, sobresale uno y es el de los mass
media. En este confluyen tanto los intereses ideológicos, económicos y
culturales. En lo ideológico está la reproducción de un cierto modo de pensar
que las clases dominantes buscan propiciar en las clases subalternas, o como
diría el autor, las masas.
Esto último asociado al rubro de
obra y consumidor nos permite comentar lo siguiente: Raymond Williams no mira
con malos ojos a los mass media sino al contenido que éstos difunden pues en su
mayoría los contenidos son de ínfima calidad aunque el alcance que poseen es
muy importante. Para Williams, la comunicación masiva empieza desde la
aparición de la imprenta y del libro y va desarrollándose tecnológicamente con
la aparición del telégrafo, la radio, la fotografía hasta la aparición de la
televisión. Lo anterior puede ser aplicado al caso propio del autor, pues su
obra ha tenido como su principal medio de difusión al libro, impreso (formato
que asumió en sus primeras ediciones) y digital (actualmente). Lo digital ha
agilizado la difusión y abaratado los costos. Sin embargo, no se ha hecho más
asequible a las clases populares desde el momento en que su medio de
comunicación es la palabra escrita, restringida no sólo para quienes pueden
leer sino para aquellos que han tenido una educación superior al común de la
gente. Lo cual limita su consumo a los individuos que conforman la élite
cultural. Lo anterior se respalda considerando el hecho de que un porcentaje
importante de las publicaciones de Raymond Williams ha salido de universidades
que poseen prestigio mundial como Columbia University, Stanford University y
Oxford. La interpretación que puede hacerse es el dominio ideológico y
económico de dichas instituciones así como la legitimación de la obra de
Williams.
Por otro lado, cabe resaltar que el
lenguaje del que se sirve el autor es claro, de fácil comprensión para
cualquier universitario, es decir, su lenguaje no es un metalenguaje que
implique el dominio de ciertos conceptos y que se aboque a determinados campos
de estudio. En ese sentido, se puede concluir que Williams buscó el apoyo de
universidades de prestigio por el alcance mediático que estas permiten.
3.
Contexto
En el inicio de este ensayo al plantear
la relación e productor y obra resaltamos la figura de Raymond Williams en
tanto activa en las cuestiones políticas y sociales de su tiempo, asimismo es
importante para plantear el análisis del contexto resaltar aspectos de su
biografía que se relacionan con un contexto histórico particular.
Raymond
Williams nace tres años después de la Gran Guerra o Primera Guerra Mundial
(1914-1918), de la cual Reino Unido había sido parte de la Triple Entente
(Francia, Rusia y R. Unido), ejércitos que combatirían a la Triple Alianza
(Alemania, Austria-Hungría e Italia). Desde este periodo de guerra, la
revolución bolchevique (y el comunismo, por supuesto), significó para algunos
el acontecimiento que podía poner fin a la Guerra. Durante la Primera y Segunda
Guerra las ideas de los diferentes sistemas políticos eran adoptadas en todos
los países de Europa y de América por grupos minoritarios que se mostraban en
contra del sistema imperante. Gran Bretaña era un reino que practicaba la
tradición democrática desde el siglo XIX, sin embargo, eso no impidió que el
carisma del Comunismo albergara en el centro del movimiento a intelectuales que
llevarían sus análisis sociológicos, más allá de la mera política y economía.
En este periodo destaca el Círculo de Birmingham que estuvo constituido por
Marxistas británicos que habían sido miembros del Partido Comunistas, del cual
se alejan a causa de diferencias con el sector ortodoxo del partido, y se
abocan al estudio de la historia cultural.
Así, en el análisis
que planteamos, el texto es
un reflejo del contexto. La escritura de Cultura
y Sociedad es realizada durante el
periodo posterior a la Segunda Guerra Mundial
(1939-1945), una guerra en la que convergieron nuevos sistemas
políticos: el sistema democrático, el nazista-fascista y el comunista.
El contexto se
refleja en la obra ya que en ésta la historia de la cultura, en relación a la
sociedad, se realiza a través de la lupa de la teoría marxista o la lucha de
clases que, a su vez, es uno de los fundamentos del comunismo.
Sin embargo, la
obra también refleja al contexto en la medida en la que analiza y reflexiona
sobre los prejuicios de la burguesía que, lejos de democratizar, acentúan la
franja elitista entre la alta y baja cultura (lo cual no debería existir en una
verdadera sociedad democrática).
Masa es todo y
nada. Es todo cuando utilizamos el término para señalar al otro, al populacho.
Y es nada cuando otro, nos señala a nosotros como parte de ese conglomerado
despectivamente llamado populacho. Es un imaginario que no tendrá cabida en la
medida en la que la sociedad genere su propia igualdad cultural (sociedad,
economía y política), con la aceptación y eliminación de miedos y prejuicios de
la burguesía y el aporte solidario de la clase obrera.
La comunicación
entre la obra y el contexto se da en dos niveles:
I.
En
la influencia del contexto político comunista que aporta los fundamentos para
el análisis de la lucha de clases.
II.
En
la sociedad que merecemos dentro de ese entramado complejo cultura-economía y
política: una sociedad comunitaria, igualitaria, democráticamente auténtica,
con pleno acceso a la cultura, con igualdad de posibilidades y de juicios
estéticos.
Anahí Calderón
Diana Elena García
Linén Rojas Romero
Bibliografía
WILLIAMS,
Raymond, Cultura y sociedad. 1780 – 1950.
De Coleridge a Orwell, Buenos Aires, Nueva Visión, 2001.